martes, 14 de mayo de 2013

Nutrición en la mujer lactante


AUTORA Belén Burgos Panero:

Diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad  de Valladolid.

Diplomada en Enfermería por la Universidad de Valladolid.







La lactancia materna se ha demostrado como la mejor forma de alimentación en los primeros meses de vida. Entre sus numerosos beneficios se encuentra una mayor riqueza nutricional para el niño, con una composición adecuada para las diferentes etapas de desarrollo; actuación sobre el sistema inmunológico, con prevención de infecciones y disminución de alergias; menor riesgo de sobrealimentación; un contacto más cercano entre madre e hijo; desarrollo mandibular y dental adecuado; menor coste económico; ventajas en el desarrollo psicomotor...


Para la madre, también tiene numerosas ventajas, pues ayuda a recuperar el peso después del embarazo y la recuperación física es más rápida; estrecha el contacto con el niño; hay menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer; algunos estudios han demostrado que disminuye la incidencia de depresión post-parto...



¿Qué nutrientes son más importantes en este período?

Energía: la lactancia es un periodo que requiere un esfuerzo metabólico, incluso mayor que el propio embarazo, y las necesidades energéticas y nutritivas están más elevadas. Esto no significa que se deba comer en exceso y sin control, ni privarse de determinados alimentos. No son recomendables tampoco dietas  muy bajas en calorías, ya que, como hemos dicho, las demandas energéticas están elevadas. Durante la lactancia, el cuerpo utilizará los depósitos adiposos aumentados durante el embarazo para compensar este esfuerzo, y esto ayudará, junto con una alimentación adecuada, a recuperar el peso previo al embarazo.

En general, hablamos de un incremento en la ingesta energética de 500 Kcal/día. En caso de que durante el embarazo la ganancia de peso haya sido escasa, o el peso durante esta etapa disminuya demasiado, esta energía extra podría aumentar hasta 650 Kcal/día durante los primeros 6 meses de vida del lactante.

Proteínas: las necesidades proteicas también están aumentadas durante esta etapa, llegando a necesitar un aporte extra de aproximadamente 15 gr/día.

Vitaminas: es importante el aumento en el aporte de vitaminas A, E, C, B1, B2, ácido fólico, niacina... Y, en especial, de la vitamina B12, sobre todo en las madres vegetarianas que no consumen alimentos de origen animal, por lo que en estos casos se recomienda suplementar esta vitamina.

Minerales: de especial importancia es el calcio, que aumenta sus requerimientos hasta los 1200 mg/día, y el hierro. Aunque este tiene menor importancia porque las pérdidas menstruales a menudo no están presentes en la lactancia, el aumento del aporte de hierro, le permite ir recuperando las pérdidas producidas durante la gestación y el parto. También son relevantes el yodo y el zinc.


Recomendaciones generales

- La dieta base para una mujer lactante es igual que para el resto de periodos de la vida; es importante que sea variada, equilibrada, y con una adecuada distribución de los nutrientes.

- No hay alimentos prohibidos como tal durante este periodo; sin embargo, a veces, algunos alimentos cambian el sabor de la leche o sus propiedades digestivas (espárragos, rábanos, col, coliflor, coles de Bruselas, embutidos, ajos, cebollas, alcachofas, especias como pimienta, pimentón, mostaza...), pudiendo ser rechazada por el niño e incluso producirle cólicos.

- Es aconsejable aumentar la ingesta de alimentos ricos en vitaminas hidrosolubles (verduras, hortalizas, frutas...), para aumentar su contenido en la leche.

- También es recomendable beber aproximadamente 1 L de leche al día, o ingerir suficientes derivados lácteos.

- Es importante la ingesta de líquidos (agua, zumos, infusiones...) porque, a pesar de que no influyen en la producción de más leche, ayudan a mantener una buena hidratación y a reponer las pérdidas. Es conveniente tener un vaso de agua a mano mientras se da el pecho al niño, ya que suele producir sed, y beber siempre que se necesite.

- Se pueden utilizar todas las técnicas culinarias, moderando las que incorporen mucha grasa, como la fritura, para mejorar la digestión.

- Se debe evitar la ingesta de alcohol, porque además de los efectos perjudiciales para el niño, su elevación en la sangre materna inhibe la evacuación de leche.

- Evitar el consumo en exceso de bebidas excitantes como café, té o refrescos con cafeína, ya que pueden pasar a la leche pequeñas cantidades, pudiendo ocasionar irritabilidad en el lactante.

- En el caso de madres vegetarianas o veganas que no ingieran alimentos de origen animal, se deberá intentar aumentar la dosis de vitamina B12, con una ingesta habitual de alimentos enriquecidos en esta vitamina: cereales de desayuno enriquecidos, tofu enriquecido, levaduras de cerveza enriquecidas... y suplementando cuando sea necesario.

- Evitar el tabaco, ya que la nicotina pasa a la leche en cantidades importantes, y predispone al bebé a sufrir enfermedades graves, como el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. La nicotina también disminuye los niveles de prolactina (hormona necesaria para el mantenimiento de la lactancia), lo que conlleva una menor duración del período de lactancia.



BIBLIOGRAFÍA

Nutrición y Alimentación Humana. Tomo II: Situaciones fisiológicas y patológicas. José Mataix Verdú.

Análisis nutricional en el aporte del mineral calcio en mujeres con lactancia. Órgano Oficial de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición. Vol. 58 Nº4, 2008