martes, 8 de octubre de 2013

Ana: 20 años y 30 kilos menos

Hoy tenemos el gusto de presetaros a Ana, una antigua paciente de la clínica de Salamanca. Ha tenido la amabilidad de contarnos su experiencia en ALEA.

Ana, queremos agraderte todo el esfuerzo que hiciste, tu simpatía cada vez que te veíamos, y darte la enhorabuena por todo lo que has conseguido. Te has convertido en una mujer sana y fuerte. Te deseamos mucha suerte en tu futuro, aunque estamos seguros de que con lo trabajadora que eres, no la necesitarás ;)





1. Cuéntanos quién eres y a qué te dedicas:

Mi nombre es Ana, tengo 20 años, soy de Ciudad Rodrigo y estoy estudiando el Grado en Maestro de Educación Primaria en la Universidad de Salamanca.



2. Explícanos cómo era tu situación antes de empezar la dieta. Antes de esta dieta ¿habías probado otras?

Antes de empezar la dieta mis hábitos de vida eran muy muy malos. No realizaba nada de ejercicio físico, buscaba cualquier excusa para no hacerlo. En cuanto a la alimentación, mi situación era peor si cabe. El exceso de grasas, los dulces y especialmente las grandes cantidades de comida y el picoteo entre horas eran mis principales problemas. 

A pesar de que soy joven, llevo haciendo dietas más de media vida. Concretamente la primera dieta que hice me la recomendó mi pediatra a los 7 años. Aunque conseguía perder algunos kilos siempre volvía a recuperarlos en cuanto me cansaba por la monotonía de las dietas que realizaba o, por qué no, por el hecho de: ¿Por qué mis amigos pueden comer dulces y gominolas y yo no? 

A los 13 años hice otra dieta con la que conseguí perder casi 20 kilos. Pero claro, pasados un par de meses me confié y recuperé esos kilos en muy poco tiempo (e incluso alguno más). Ahí me quedó muy claro el famoso concepto del “efecto yoyó”. 



3. ¿Por qué decidiste acabar con ello? ¿Hubo algún detonante que te empujara a mejorar tu vida?

No puedo decir que los comentarios de mis compañeros en clase y de algunos familiares no me ofendieran en su momento y me hicieran pensar en cambiar mis hábitos. Pero el motivo principal fue por decisión propia, por el simple hecho de no gustarme. Tengo que reconocer que muchas veces he llegado a pensar en la injusticia de la sociedad, el por qué el prototipo adecuado y el mejor visto es el cuerpo delgado. Pero esto pierde importancia cuando el sobrepeso llega a ser peligroso para tu salud. Ahí da igual lo que digan los demás, es hora de reaccionar. Es frustrante mirarte al espejo y llegar a darte asco, pero lo es más todavía cuando piensas en los efectos que puede tener para tu salud a corto o largo plazo.

Sin duda algo que me pudo motivar de un modo quizás involuntario fue el programa de televisión “Ya no estoy gordo”. Me llamó la atención en su momento ver que chicos y chicas de mi edad cambiaban por completo sus hábitos para encontrarse mejor consigo mismos. Así que, ¿por qué yo no? 



4. ¿Cuánto peso llevas perdido con esta dieta?

Todavía me cuesta creérmelo, pero llevo un total de 30 kilos perdidos con esta dieta. A pesar de que me tomé una especie de vacaciones y cuando bajé 20 kilos conseguí mantenerme, no me gusta dejar las cosas a medias, así que he conseguido llegar a mi objetivo e, incluso, superarlo. 



5. Para ti ¿qué es lo mejor de esta dieta?

Sin duda alguna y creo que coincidiré con la mayoría de las personas que hayan hecho o estén haciendo esta dieta, una de las mayores ventajas que tiene es que se puede comer de todo. Son 5 comidas al día, bastante completas y muy variadas. El hecho de poder hacer una dieta en la que cada día y en cada una de las comidas puedas tomar alimentos diferentes es un punto muy positivo. No resulta aburrido y no se pasa hambre, sino más bien ganas de comer más cantidades o alimentos que consumías antes, y esto lo he superado buscando algún entretenimiento y no pensando en comida. Cuesta, pero se consigue. 



6. ¿Y lo que menos te gusta...?

Quizás resulte un aspecto negativo el hecho de tener que pesar todos los alimentos, especialmente al principio. Sin embargo, con el tiempo acabas sacando de esto algo positivo, puesto que si, por ejemplo, tienes una comida o una cena fuera de casa sabes qué cantidades aproximadas puedes tomar de cada alimento. 




7. ¿Haces deporte? ¿Desde cuando?

Hace unos meses me escondería si me hicieran esta pregunta y, ni mucho menos me imaginaría que hoy puedo responder bien claro un SÍ, y con mayúsculas. 

Como ya os he dicho me tomé una especie de vacaciones en la dieta cuando llevaba 20 kilos. Hasta ahí no hacía nada de ejercicio, aunque si es verdad que procuraba ir caminando a la facultad en vez de en autobús, por ejemplo. 

Cuando llevas mucho tiempo esforzándote en adelgazar o en mantenerte después de hacer dieta, te das cuenta de que el ejercicio es algo tan positivo que te permitirá, no sólo mejorar tu salud, sino además ayudarte a mantener el peso ideal una vez que lo consigas. Por ese motivo decidí, aunque muy a mi pesar, comenzar a hacer ejercicio y continuar la dieta. Además, soy muy consciente de que sin ayuda del ejercicio estos últimos kilos (que como suele decirse, son los que más cuestan) no los hubiera bajado tan fácilmente. 

Nunca jamás me lo hubiera imaginado, pero he pasado de dar dos pasos y cansarme a llegar a correr unos 40 minutos seguidos. Antes decía que no a toda clase de ejercicio físico buscando excusas para no hacerlo, ahora le he cogido el gustillo y estoy totalmente mentalizada de que es algo que no dejaré de hacer nunca, puesto que me ayuda a estar y a sentirme mejor conmigo misma. 



8. ¿Merece la pena tu esfuerzo físico y la alimentación diaria que llevas?

Por supuesto que sí. Si es verdad que es algo que comienza siendo un gran esfuerzo, pero termina convirtiéndose en algo positivo, en un hábito que tienes que coger para conseguir mantenerte. 

Además, he aprendido a comer. Me he dado cuenta de que antes no tenía ni idea y ahora sé que una dieta saludable no implica la prohibición de determinados alimentos, sino simplemente el autocontrol y el hecho de saber qué comer y cuándo comer. 

El antes y el después es, sin duda, lo que más merece la pena. Es una prueba de que el esfuerzo tiene recompensa, y de que no se puede decir que no a nada sin, al menos, intentarlo. Por ejemplo, desde mi historia personal, me ha merecido mucho la pena desde el punto de vista de la moda. Pasar de no encontrar nada de mi talla a poder comprar en todas las tiendas que quiera, a poder vestir como visten las demás chicas de mi edad, a poder decir “¿me puede traer una talla menos?”, son cosas que pueden parecer sin importancia, pero a mí me emocionan. 



9. ¿Crees que mantendrás este estilo de vida de aquí en adelante?

Lo tengo más que claro, y la respuesta es sí. Nadie, excepto los que han pasado por una situación similar a la mía, sabe el esfuerzo que he tenido que hacer para llegar hasta donde he llegado. 

Ya hice en una ocasión la “tontería” de adelgazar y engordar después, perdiendo los resultados que había logrado. Creo que esto me sirve para no volver a caer en la trampa y continuar con hábitos saludables. 

Mi estilo de vida ha cambiado totalmente, ha dado un giro de 180 grados y ya no supone para mí un sacrificio el hecho de llevar una vida saludable, sino un estilo de vida. 





Por todo esto animo a aquellas personas que estén en una situación similar a la que estaba yo, a que cambien su forma de vida cambiando sus hábitos, puesto que el cambio será, sin ninguna duda, muy positivo. Nadie dice que sea fácil, pero se lleva muy bien y el resultado merece la pena.




Gracias  Ana, nos emociona mucho recordarte :) 







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Soy María Astudillo Montero 
Dirijo este blog. 
Soy Especialista en Nutrición y elaboración de dietas.