martes, 29 de septiembre de 2015

¿La leche es buena o mala?

Todos los primeros de mes recibimos la Newletter de la Sociedad Española de Nutrición, de la que somos socios desde hace años. La de Septiembre concretamente nos gustó más que otras porque se trataba un tema (desgraciadamente) muy controvertido: ¿es buena la leche?

La respuesta debería ser siempre, SÍ. Es un alimento equilibrado y saludable y en la ración que nos corresponde a cada uno es igual de buena que la fruta, las legumbres o los pescados. El problema viene porque muchas personas con el paso de los años han encontrado información contradictoria sobre el consumo de leche. 
Muchas personas han leído cosas terribles: que si hace que te duelan los músculos y los tendones, que solo nosotros los humanos seguimos bebiendo leche al hacernos adultos (también somos los únicos capaces de trabajar, escribir y leer estas palabras ;) 

Lácteos salud propiedades

Son años y años los que hemos dedicado al estudio de la Nutrición y la Dietética Humanas y os podemos confirmar que NO existe ninguna publicación científica fiable que demuestre esas hipótesis que dicen que el consumo de lácteos es perjudicial para la salud. Sí existen sin embargo estudios llevados a cabo desde hace decenios en los que se demuestra cómo la salud humana ha mejorado notablemente desde el consumo de lácteos. 

Y también es cierto que hay personas con alergia a la proteína de la leche (de eso hablaremos otro día, pero os adelantamos que funciona igual que cuando alguien tiene alergia al pescado o a los frutos secos, por ejemplo) y hay personas con intolerancia a la lactosa (también hablaremos de ello en otra ocasión). Pero la realidad es que la mayoría de personas tolera y disfruta de los beneficios de la leche sin problemas y que por culpa de "a saber qué intereses" se generan mitos y falsas hipótesis que no hacen más que confundir a la población.


Si se extendiera el mito de que "añadiendo una canica de cristal al depósito de gasolina del coche, el carburante duraría el doble", al principio nos reiríamos. 
Pero si un año tras otro un montón de gente (incluso profesionales) y un montón de medios de comunicación nos siguen diciendo eso puede que empecemos a dudar. Es natural. Es humano. Pero que nadie os engañe. Si alguien, aunque sea un "profesional de la salud", os dice algo que os sale de ojo, no dudéis en pedir una segunda opinión. 
Hay mucha información disponible hoy en día sobre cualquier tema (libros, internet...) pero hay que distinguir entre la que es veraz y la que es inventada. Y dar con una fuente de información realista, basada en fundamentos científicos, marca la diferencia entre unos hábitos saludables y hábitos malsanos. 



Os dejamos la EDITORIAL de la Sociedad Española de Nutrición del mes de Septiembre hablando sobre la leche, sus mitos y sus realidades: 

Información facilitada a los miembros de la SEÑ.


La leche y los derivados lácteos son alimentos de un elevado valor nutritivo ya que en su composición entran a formar parte prácticamente todos los nutrientes en cantidades relativamente elevadas. Además de proveer energía, son una excelente fuente de proteínas de elevado valor biológico y de otros nutrientes como calcio, magnesio, fósforo, zinc, yodo, selenio y de vitaminas del complejo B, así como de vitaminas A y D.

En España, el consumo de leche y de productos lácteos aumentó progresivamente a partir de los años 50 del siglo XX de forma paralela al aumento del nivel de formación y capacidad adquisitiva de la población. A partir del año 1958, cuando se estableció la obligatoriedad de la producción y comercialización de leche higienizada, su consumo contribuyó de forma notable a una menor incidencia de enfermedades infecciosas y a la mejora del estado nutritivo de la población española. A partir de los años 80 del siglo pasado, además del aumento del consumo de yogur y de otras leches fermentadas, cuando se inicia una mayor sensibilidad de la población por los efectos de la alimentación sobre las enfermedades crónicas, comienza el consumo de productos lácteos con menor contenido energético, como las leches parcial o totalmente desnatadas, enriquecidas en vitaminas A y D -para compensar las pérdidas por desnatado- y leches enriquecidas en calcio. Posteriormente, se han ido desarrollando y comercializando leches de composición adaptada a los requerimientos de determinados segmentos de la población y etapas del ciclo de vida. Estos productos de base láctea contienen diversos nutrientes y compuestos bioactivos en cantidades diversas y están destinados fundamentalmente a mejorar el estado nutricional de los muy variados segmentos de la población.

A pesar de los beneficios para la salud de la leche y de sus derivados bien establecidos desde el punto de vista científico, durante los últimos años, tanto en España como en otros países desarrollados, se está produciendo una disminución del consumo de leche asociado a la aparición frecuente en los medios de comunicación y en las redes sociales de supuestos efectos perjudiciales de la leche y de sus derivados. Esta disminución en el consumo de lácteos, en muchas ocasiones, se asocia al consumo de otras bebidas, especialmente derivadas de vegetales con contenido energético equivalente al de la leche y de otros derivados lácteos, pero con menor calidad y cantidad de otros nutrientes, como es el caso de las proteínas, minerales y vitaminas.


Conscientes de esta situación y de las repercusiones negativas que estos nuevos malos hábitos pueden tener en la población española, la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) y la Fundación Española de la Nutrición (FEN), de acuerdo con los principios fundacionales de ambas Instituciones, han elaborado un informe titulado “La leche como vehículo de salud para la población”, con objeto de recoger de forma breve las evidencias científicas actuales del valor de la leche y de los productos lácteos para la salud. Este informe ha sido prologado por el Prof. D. Salvador Zamora Navarro, Catedrático Emérito de Fisiología de la Universidad de Murcia y ExPresidente de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ). El informe está accesible en http://www.finut.org/pages/publicaciones/ y en http://www.fen.org.es/archivos/imgPublicaciones/

En el primer apartado de dicho informe se describe de forma sucinta la composición y valor nutritivo de la leche y de sus efectos sobre la salud, seguido de la situación actual del consumo de leche y derivados lácteos en España y de su contribución a los requerimientos nutritivos a lo largo del ciclo de vida. Posteriormente, se comentan los efectos para la salud de determinados nutrientes de interés en la prevención de enfermedades crónicas, y que usualmente se utilizan en las leches de composición adaptada, así como las cifras de consumo de leches adaptadas en la población española.


El informe finaliza con un decálogo de mensajes clave y recomendaciones de consumo de leche y derivados lácteos que transcribimos a continuación:

1. La leche, alimento de origen animal que forma parte de la dieta humana desde el Neolítico, representa para la población una fuente fundamental de nutrientes y energía en las distintas etapas de la vida.

2. Desde un punto de vista nutricional, la leche es un alimento básico en el marco de una dieta equilibrada, ya que en su composición están presentes numerosos nutrientes esenciales para la salud y el bienestar humanos en cantidades relativamente elevadas, y con una adecuada biodisponibilidad.

3. La elevada densidad nutricional de la leche viene dada por su magnífico perfil nutricional en relación al valor calórico total, lo que la hace un alimento equilibrado, fácilmente incorporable a dietas para muy diferentes situaciones y tipologías

4. La leche aporta proteínas de alto valor biológico y es la principal fuente dietética de calcio, no sólo por su elevado contenido en este mineral, sino también por su alta biodisponibilidad, favorecida por otros componentes tales como vitamina D o fósforo, presentes y con los que actúa de manera sinérgica.

5. El consumo generalizado de este alimento fruto de los avances de la industrialización y el I+D+i ,ha contribuido decisivamente a mejorar el estado de salud de la población, alcanzando tasas de penetración en los hogares españoles superiores al 95%

6. Incluir la leche como parte básica de una dieta variada y equilibrada en el contexto de un estilo de vida saludable, es clave para mantener un adecuado balance nutricional que repercute positivamente en la salud y bienestar humanos

7. Teniendo en cuenta los requerimientos nutricionales específicos para cada grupo de población, diferentes estudios demuestran que la ingesta nutricional global de los españoles es inadecuada, en tanto que existen carencias de determinados nutrientes e ingestas superiores a las recomendadas para otros.

8. La adaptación de la leche a los distintos requerimientos nutricionales de cada una de las etapas de la vida y situaciones fisiológicas especiales, representa una oportunidad para mejorar la alimentación, ya que favorece la adecuación de las ingestas insuficientes a las recomendaciones.

9. La incorporación de este tipo de leches adaptadas en la dieta de grupos de población que no cubran las cantidades diarias recomendadas de nutrientes a través de otros alimentos, representa una ayuda práctica y útil, además de sencilla y probada científicamente, para mejorar su alimentación y, en consecuencia, su estado de salud y calidad de vida.

10. La leche, por sus características físico-químicas, por su alta penetración y frecuencia de consumo en hogares y restauración, además de su conveniencia, es un vehículo ideal para favorecer una adecuada ingesta de determinados nutrientes tales como los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega 3, vitamina D o calcio, actualmente deficitarios en la dieta de la población española.



Ángel Gil Hernández, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos “José Mataix”, Centro de Investigación Biomédica, Universidad de Granada y Presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT)

Gregorio Varela Moreiras, Catedrático de Nutrición y Bromatología, Facultad de Farmacia, Universidad CEU San Pablo, Madrid, y Presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN)