martes, 1 de marzo de 2016

¿Tienes suficiente yodo?

¡Buenos días! Hoy he elegido un tema del que no se habla mucho y que a mi juicio, es bastante interesante. El déficit de yodo en la alimentación. Seguro que sí que hemos oído hablar de la glándula tiroides, pero no del papel importante que tiene el yodo en todo esto. Por eso para ir entrando en materia, vamos a comenzar con una breve explicación de la función tiroidea. Al principio aparecerán muchos nombres, algunos raros y desconocidos, pero necesarios para que entendáis un poco mejor la función de estas hormonas.

En primer lugar, la glándula tiroides se sitúa por debajo de la laringe y a ambos lados y por delante de la tráquea y sus células son capaces de concentrar el yodo, de organizarlo y de incorporarlo a una proteína llamada tiroglobulina.

Las hormonas secretadas por el tiroides son tres:

- Tiroxina (Tetrayodotironina o T4) 
- Triyodotironina (T3)
- Calcitonina


Y ya por último, tenemos la TSH y la TRH que intervienen en la regulación de secreción de las hormonas tiroideas.
Hasta aquí lo más denso teóricamente hablando. 

Entonces ¿qué pasa cuando nuestro organismo no tiene suficiente yodo y no puede sintetizar la cantidad adecuada de T4 y T3? Pues que se produce más TSH, lo que produce un agrandamiento de la glándula tiroidea provocando el denominado “bocio”. 



Visible y palpable de forma externa en el cuello. Si os habéis fijado alguna vez en personas con problemas de tiroides, muchas de ellas tienen el cuello abultado, bien, pues este es el motivo.

Suele decirse que el bocio es una enfermedad geográfica, debido a que en ciertos lugares, hay falta de yodo. Tiene que ver con el ciclo natural del yodo en la tierra. Estos lugares son aquellos que se encuentran en zonas montañosas, poblaciones lejos de mares y en zonas donde se producen muchas inundaciones. 
Con las glaciaciones y lluvia o nieve en exceso, se fue perdiendo el yodo del suelo, concentrándose más en los océanos, por lo que en los animales y plantas que viven en ellos, encontramos grandes cantidades de yodo. Teniendo en cuenta también que siempre se encuentran cantidades en el suelo (gracias al retorno del yodo en el agua en forma de lluvia que a su vez proviene de la evaporación del agua de los océanos).

Por eso los alimentos con mayor concentración de yodo serían los siguientes:
  • Mariscos: como mejillones, langostinos, gambas, camarones.
  • Pescado azul: salmón y sardina.
  • Pescado blanco: lenguado y merluza.
  • Verduras y hortalizas: como acelga, espinaca y nabo.
  • Carnes: hígado, jamón serrano y pollo.
  • Huevos, lácteos, frutas como las fresas, algunos frutos secos y cereales como el pan blanco y el arroz.


¿Qué pasa si nos falta yodo?

- Si esta deficiencia ocurre en edades tempranas, afecta al crecimiento, desarrollo y maduración. 

- En mujeres embarazadas pueden ocurrir abortos, partos prematuros o anomalías congénitas. Por eso, en muchos países desarrollados se hace la prueba del nivel de hormona tiroidea a partir de una muestra sanguínea obtenida del talón a los recién nacidos.

- Por otro lado, tenemos el llamado “cretinismo”, endémico porque afecta a una gran parte de la población ubicada en zonas donde hay deficiencia de ingesta de yodo.



El tratamiento:

- En Cretinismo: Irreversible aunque puede mejorar con medicación.
- Para el bocio: 
    • Reemplazamiento hormonal y suplementación con yodo.
   • Sal yodada: Cuando la sal no se cubre o se expone a calor o se cocina, pierde yodo, por eso es mejor añadirla al final del cocinado. Es el mejor sistema para corregir la deficiencia de yoduro. (Para saber más sobre la sal yodada, pincha aquí). 




Bueno, pues con toda esta información, os dejamos hasta el próximo día, ¡nos vemos pronto!