Hace unas semanas Leticia nos hablaba de 5 de los errores más frecuentes que detecta en sus pacientes cuando desean adelgazar. Hoy es es turno de Jéssica, vamos a por ello :)
En muchas ocasiones nuestros pacientes nos cuentan que, a veces, cuando se les pone difícil la cosa, se dejan llevar por el resto de personas con las que salen y siguen su ritmo.
También, en otras ocasiones, lo que les traiciona es la fuerza de voluntad al ver algo que no deberían tomar, pero tienen demasiadas ganas y sólo por el hecho de verlo y saber que no deberían, lo quieren con más ganas.
Es verdad que en según qué ocasiones, no pasa nada si se levanta un poco la mano, la cuestión es de qué forma, cantidad y frecuencia (muy importante). Por ello, todas las ingestas son importantes, todo lo que ingerimos cuenta, sea mucho, poco, líquido o sólido. Lo único que no nos aporta calorías es el agua.
Por ello, si crees que “no lo haces tan mal” como para no estar consiguiendo tu objetivo, pero que no sabes qué pasa, quizá deberías hacer un “Registro 24 horas”: Se trata de anotar todo lo que tomas en el día, teniendo cuidado de apuntarlo todo, todo lo que comas y bebas de forma específica. Esto nos ayuda mucho a identificar dónde radica el problema y atajarlo cuando antes.
Otro de los errores más comunes es la ingesta de alcohol. Vemos mucha tradición de “salgo del trabajo y me tomo una caña”, “he quedado con unos amigos para ir de cañas al salir de clase” o “los fines de semana no perdono tomarme mis cañas y alguna copa”.
Puedes estar haciendo de forma correcta tu dieta, seguir al pie de la letra los pesajes de tus alimentos... que si después tienes estos añadidos (el alcohol sigue siendo un extra muy extra por sus calorías vacías) mantendrás el peso (o incluso, aumentarás) o como mucho bajarás muy poquito.
Puedes tener mucha o poca fuerza de voluntad pero si pasas de la segunda caña, disminuirá cada vez más. Por ello, si tienes un objetivo y eres ambicioso, no quieres alargar más el proceso y crees que lo haces bien, recuerda que el camino más corto es una línea recta. Hacer un gran trabajo diario para no ver resultados debido a la ingesta de alcohol es algo muy molesto y que tiende a frustrar a nuestros pacientes.
Creo que es de los peores errores que se pueden cometer. El porqué es súper fácil: Llevas toda la semana haciéndolo muy bien, cocinando, comiendo a las horas, preparando tus comidas menores para tomar la media mañana o la merienda… Todo va sobre ruedas hasta que uno decide que el sábado se lo toma libre porque quiere comer lo que le apetezca, porque hay que premiar todo el esfuerzo de la semana.
Quizá algunos estéis asintiendo con la cabeza pero… dadle una vuelta a todo eso, ¿te vas a premiar con un castigo? ¿Castigo? Sí. Vas a comer con ansia, vas a comer más cantidades, no vas a reparar en la calidad de los productos que vas a tomar… en definitiva: vas a ingerir más calorías. Quiere decir que en ese día, se ha estropeado tu pedazo de semana. Sí, con mucha probabilidad acabas de mantener tu peso o incluso ganar algunos gramos.
Significa esto que los días libres no son adecuados, no son necesarios y menos aún son aconsejables. Lo primero de todo es aprender a comer y a mejorar los hábitos alimentarios.
Este suele ser un error de los que uno tiende a no darle importancia porque “más o menos” esto es lo que me toca. Bueno, como ya decía mi compi Leticia, el ojímetro no beneficia porque o aparece el hambre más pronto porque has comido menos sin darte cuenta o, por otra parte, empiezas a ver que no bajas lo que debes bajar porque (y no sabes porqué porque crees que lo estás haciendo bien) estás echando más cantidad. Lo mismo pasa si el objetivo es un aumento de peso, si el ojímetro falla (que suele fallar) no se aumentará.
Por ello intenta hacer el reparto de la mejor manera posible y esa manera es la de cocinar tu comida a parte.
Siempre decimos a nuestros pacientes que si algún día no tienen exactamente esa verdura o esa carne o ese pescado, pueden realizar el intercambio con los alimentos que forman parte del mismo grupo (por ejemplo, pavo por pollo, o brócoli por coliflor…) pues bien, esos intercambios han de ser así siempre, respetando en grupo al que pertenece el alimento en cuestión. Ya que son los alimentos que más se parecen entre sí, aportando prácticamente los mismos nutrientes (macronutrientes y micronutrientes) y por supuesto, calorías.
Si te sientes identificado con algunos de los errores más frecuentes, puedes contar con nosotros para que te ayudemos a conseguir tu objetivo.
Recuerda que te atenderemos encantados en nuestra clínica de Salamanca y también de forma online.
Soy Jéssica Ramos Ribeiro,
dietista-nutricionista y antropometrista ISAK nivel I.
Puedes encontrarme en ALEA Consulta dietética.