Si estáis leyendo esto es que vuestro peso y vuestra salud os importa y puede que os preocupe un poco (o un mucho) las fechas que se avecinan.
La Navidad tiene días de comilonas, de fiestas, de copas y pinchos, de dulces dulcísimos y de cocinar poco y comer de sobras... Todas estas cosas parecen casi incompatibles con seguir una alimentación equilibrada y ligera, pero por algo hemos dicho "casi".
Y es que no es imposible en absoluto. Si uno tiene en cuenta cuatro trucos de nada conseguirá pasar por estas fechas como por cualquier otro mes.
Vamos por lo fácil, por la base del cotarro.
Sí, repasa qué tienes que comer y cenar durante las próximas semanas y elabora una lista con todos los alimentos que necesitarás.
En nuestras dietas y en nuestros libros detallamos el planin de comidas y cenas de cada semana, pero si no es tu caso, elabora tu propio plan. Hace un tiempo te contábamos cómo hacer un plan saludable de comidas, puedes verlo aquí.
Llena tu frutero de fruta, será el mejor postre. Y llena de tu despensa y tu nevera de hortalizas y verduras, recuerda que deben ocupar la mitad de tus recetas.
Cuando vayas al super no compres (o compra poca cantidad) de dulces típicos o alimentos que te tienten. Esos dulces son bombas de grasa y azúcar y cuantos menos tomemos mejor para nuestra salud. Así que dosifica las veces y la ración que tomes.
Sabemos que con el frío apetece poquísimo beber agua, pero es muy, muy, muy importante que no dejes de beber entre 1.5 y 2 litros diarios.
Empieza la jornada con un vaso en ayunas, te ayudará a ir mejor al baño.
Ten a mano una botellita de agua y oblígate a terminarla.
Mucho ojo con el alcohol.
Estas fechas son dadas a brindar por cualquier motivo, eso es genial, pero recuerda que el alcohol engorda casi tanto como las grasas, no aporta ningún beneficio a nuestro organismo (más bien lo contrario) y que si deseas cuidarte, es mejor que consumas muy poquito o nada.
Estas fechas son dadas a brindar por cualquier motivo, eso es genial, pero recuerda que el alcohol engorda casi tanto como las grasas, no aporta ningún beneficio a nuestro organismo (más bien lo contrario) y que si deseas cuidarte, es mejor que consumas muy poquito o nada.
Sí, cada día. Y nunca dejes de hacerlo cuando tengas una comida o cena especial. No "pre-compenses".
Si meriendas tarde, a eso de las 19:30 por ejemplo, conseguirás llegar a la cena con el estómago muy tranquilo (y la mente sin ansia alguna) y podrás cenar más ligero porque tu cabeza tomará mejores decisiones que si llegas al evento con un hambre atroz.
Aha: observa y pregunta cuál será el menú de esa comida o cena especial si no es tu casa.
Saberlo de antemano te ayudará a planificar tus elecciones. Si hay cinco recetas distintas sabrás que puedes comer un poquito de cada una.
Si solo hay dos platos, sabrás que las raciones de cada uno deberán ser un poco mayores.
Intenta tomar la misma cantidad (visualmente) que la que tomas en tu recetas diarias.
Siempre podrás tomar lo mismo que los demás, pero en menor cantidad :) No hay alimentos prohibidos, pero sí algunos de que los debemos tomar más o menos cantidad.
Y recordado todo esto... ¡Solo nos queda desearos una muy feliz Navidad!
Cerramos la clínica de Salamanca unos días coincidiendo con las vacaciones escolares, así que nos veremos a la vuelta... ¡Pásalo en grande!
(Si eres paciente online, no cerramos, seguiremos al pie del cañón, así que a ti te decimos: ¡hasta nuestro próximo email!)