Inauguramos diciembre, el mes del invierno y de la Navidad, con una serie de artículos orientados a haceros estos días más llevaderos a los que estáis a dieta.
Para algunas personas diciembre y dieta son incompatibles, pero queremos demostraros que no es así. A pesar de ser un mes complicado (después entraremos en por qué es complicado) uno puede seguir su "camino dietil" y seguir avanzando. De hecho en los últimos años son más las personas que comienzan a hacer dieta en estas semanas previas a las vacaciones de Navidad.
Estos días inevitablemente la cosa se complica: tenemos a nuestra disposición en cualquier lugar (nuestra casa, la de nuestros amigos, nuestro centro de trabajo o de estudios...) un montón de dulces navideños como turrones, mazapanes, polvorones, roscos de vino, pero también frutos secos, empanadas y docenas de tentaciones más. Y para colmo nos salen cenas y comidas con amigos, con familiares y de empresa hasta por debajo de las piedras...
En el artículo de hoy vamos a daros las claves para que esas comidas y cenas de empresa o con amigos causen el menor efecto posible en vuestro peso y vuestra salud. Son apuntes que quizá ya conozcáis, pero os prometo que a todos nos viene bien recordar estas cosas de vez en cuando. ¡Así que vamos allá!
Consejos de oro para que las comidas y cenas de empresa de Navidad no pasen factura en la báscula:
1. Evita el alcohol:
El brindis al final de la cena no te lo puedes perder, pero sí puedes evitar copas de vino, cervezas y cócteles.
Una copa de refresco de cola con whisky aporta más de 300 calorías. Así que imagina de cuántas podrás librarte si evitas el alcohol.
2. Opta por refrescos light.
Si te gusta beber algo fresquito y con burbujas, pide que sea LIGHT o ZERO. Cada refresco normal aporta 150 calorías, con lo cual mucho mejor si lo pides light o zero. Sobra decirlo, pero lo diremos: la mejor elección para beber es siempre el agua.
3. Vigila en pan.
Aunque es un alimento tremendamente sano y necesario, es algo de lo que es muy fácil abusar. En estas comidas y cenas, que seguro serán muy copiosas trata de tomar una ración muy pequeña de pan. Unos 20 gramos (una rebanada) será adecuado.
4. Evita lo evitable y tira por lo sano:
Evita los fritos de acompañamiento; patatas, croquetas, gambas rebozadas, rabas... Cualquier alimento que haya sido frito aportará un montón de grasa innecesaria. Así que si puedes evitarlo, mejor que mejor.
En su lugar puedes tomar unos riquísimos espárragos con vinagreta, con un poquito de mayonesa o tal cual.
5. El postre: sí, pero poquito.
Exacto: disfruta de un pedazo de postre igual que el resto de invitados, pero hazlo con cabeza. Toma una pequeña porción, lo degustarás igual y ni tu peso ni tu salud te pasarán factura.
6. Ojo con las cantidades:
Esta es la clave, amigos: la cantidad de alimentos que tomamos en cada comida o cena.
Podemos comer de todo, pero con cabeza. Intenta comer una cantidad parecida a lo que tienes en tu dieta para comer y para cenar. Con eso, tienes medio camino ganado.
Recordamos el método del plato, infalible para hacer una buena elección de ingredientes:
La mitad del plato: verduras y hortalizas
Un cuarto del plato: hidratos de carbono (¡que nadie de los deje!***)
Un cuarto del plato: alimento proteico
Un cuarto del plato: hidratos de carbono (¡que nadie de los deje!***)
Un cuarto del plato: alimento proteico
*** El cuarto de los hidratos y el cuarto de las proteínas, engordarán casi lo mismo, así que que nadie se prive de los hidratos, DEBEN SER LA BASE DE NUESTRA ALIMENTACIÓN :)
Os dejamos esta imagen con distintas opciones cumpliendo el método del plato.
Y para terminar, una reflexión: seguro que al cabo del tiempo recordarás las risas que pasaste en ese encuentro más que la comida que tomaste. Lo importante ocurre alrededor de la mesa no sobre ella.