martes, 1 de diciembre de 2015

Mitos de otoño (2/2)

Siguiendo con la tanda "tirar mitos alimentarios a la basura", hoy hablamos de cuatro cosas que seguro habréis oído o leído en algún medio de comunicación. 



1# La sacarina es cancerígena.
No, no lo es. 
Cualquier producto comercializado en Europa para una serie de controles que garantizan la seguridad del alimento en cuestión. Hace tiempo que se escucha que la sacarina es cancerígena, escudándose en datos aislados que nada tienen que ver con su consumo real en humanos. 
Si en vez de tomar 2 gotitas en cada café, tomásemos el bote entero sí notaríamos efectos negativos en nuestra salud. Pero ocurriría lo mismo que con una caja de aspirinas. 


2# La estevia es más química que natural.

¿No es natural? ¿Es un químico? Todas las sustancias que te rodean ahora mismo (el plástico de tu pantalla, el zumo que estás tomando, las gafas que llevas puestas, la manzana que vas comer...) son productos químicos: unos naturales y otros manipulados, pero químicos todos. 
La definición "natural" se ha pervertido de tal forma que ya no tiene mucho sentido. La estevia es una planta de cuyas hojas se extrae una sustancia extremadamente dulce. Tan dulce que para comercializarla se necesita incluir una sustancia denominada "agente de carga". Lo que éste  hace es dar volumen al dulzor "natural". 
Al igual que la sacarina la estevia comercializada es totalmente inocua para la salud. 


3# Con el colesterol alto, mejor no tomar huevos.

Pues no, no hace falta evitarlos. 
Desde hace tiempo está comprobado que el colesterol presente en los huevos no afecta a los niveles de colesterol sanguíneo de las personas, así que si tú o alguien que conozcas tiene hipercolesterolemia, no olvidéis que podéis seguir disfrutando de una rica tortilla o de una menestra con huevo un par de veces por semana.


4# Los refrescos ZERO sí que engordan.

Mentira, los refrescos zero engordan lo mismo que los light de toda la vida, o sea, casi nada. La diferencia entre ellos es el edulcorante sin calorías que contienen. Revisando la etiqueta de cualquier lata podréis ver las poquísimas calorías que aportan, así que si quieres evitar calorías vacías y azúcares innecesarios, opta por un refresco light o zero.