martes, 19 de diciembre de 2017

Ideas y recomendaciones sobre dulces navideños

Uno de los retos más difíciles durante las fiestas navideñas, para aquellos que están intentando adelgazar, mantenerse o que quieren mantener los buenos hábitos durante estas fechas, son los dulces navideños, sobre todo cuando se es goloso. Por este motivo queremos darte algunas recomendaciones e ideas que puedan ayudarte a gestionar mejor el consumo de estos alimentos, ya que pueden llegar a ser un arma de doble filo y nuestro peor enemigo de cara a retomar los buenos hábitos. 



Uno de los mayores problemas de estos dulces es que a veces se comienza a comprarlos mucho antes de las fiestas navideñas, los supermercados cada vez los traen más pronto y luego aparecen ofertas cuando se acaban las celebraciones, con lo cual es fácil dejarse llevar y en lugar de tener dulces en casa durante un par de semanas, tenerlos durante un par de meses. Por eso nuestra primera recomendación es algo muy obvio, no te dejes llevar por estas ofertas que no van a hacerte ningún bien y evita comprarlos antes o después de las fiestas navideñas. Si solo consumes estos dulces los 5 días festivos Nochebuena, Navidad, Noche Vieja, Año Nuevo y Reyes, y luego vuelves a la rutina no te excederás tanto. 

También te recomendamos que en la medida de lo posible, priorices calidad a cantidad, es mejor que disfrutes de una porción de un dulce que tenga mejores ingredientes (por ejemplo grasas de mejor calidad, un mayor porcentaje de cacao…) y que realmente esté rico y te guste mucho, antes que comprar mucho de otros para que no falte o porque hay alguna promoción (al final casi nunca falta y casi siempre sobra). 

Es mejor que lo vayas comprando sobre la marcha, los días próximos a los días con comidas o cenas de Navidad, así evitarás tener estos productos durante muchos días en casa. Además así será más difícil que sobre, porque luego con las sobras lo mejor para nuestra salud sería tirarlas (y a nadie le gusta tener que tirar comida), o en su defecto regalarlas, pero regalando tampoco le hacemos bien a la salud de otras personas que además no sabemos si a lo mejor también están intentado cuidarse. 

Mucho ojo con los dulces que se venden como sin azúcar o “dietéticos” ya que este tipo de productos suelen aportar calorías de forma similar a los convencionales y además es posible que se acabe consumiendo más cantidad debido a esa percepción de que son más sanos y ligeros, cuando realmente no siempre es así. El hecho de que algo no contenga azúcar no lo convierte en saludable. Los dulces navideños y en general todos los dulces que podemos comprar son productos elaborados a partir de materias primas muy procesadas, con harinas refinadas, grasas refinadas o hidrogenadas, aditivos (muchos de los cuales no son inocuos), edulcorantes que acostumbran nuestro paladar a sabores muy dulces y que pueden provocar efectos laxantes por el daño en nuestra microbiota intestinal (flora intestinal), muchas calorías en poco volumen de alimento, y por último y no menos importante, desplazan el consumo de alimentos como las frutas y verduras que sí que se recomienda que se consuman a diario. 



También puede serte útil esta estrategia para moderar tus raciones: puedes poner en un plato pequeño de postre los dulces que te apetezca probar, de esta manera serás más consciente de la cantidad que vas a comer y esto ayudará a que moderes la ingesta y contribuirá a tu saciedad al verlo todo junto, además tu estómago te lo agradecerá :) 

Por otro lado, si los típicos dulces navideños no te gustan mucho o quieres alternativas saludables y adaptadas a tus gustos puedes hacértelos tú mismo que además eso les añadirá unos ingredientes que los productos comprados no tienen, que no te aportan más calorías y son beneficiosos para la salud, el amor, ilusión y cariño :) 

Algunas de las ideas de postres saludables que te proponemos son los siguientes:

  • Crepes rellenos de yogur griego y trozos de fruta natural. Puedes ponerle un poco de chocolate negro derretido por encima o trocitos de chocolate rallado por dentro. Estará para chuparse los dedos.
  • Dátiles rellenos de nuez (u otro fruto seco natural o tostado), con un toque de chocolate negro con un porcentaje alto de cacao ya que al ser los dátiles tan dulces no te resultará amargo si no estás acostumbrado. 
  • Brochetas de frutas que también puedes untar en chocolate fundido, es un postre sencillo pero el sabor fresco y jugoso de las frutas se suele agradecer así que no falten en tus sobremesas y postres ya que si no los amantes de la fruta seguro que la echarán de menos. 
  • Aspic de frutas. Esta especie de tarta de gelatina y frutas es un postre ligero y saludable pero que puede resultar muy pintoresco. Puedes usar agar-agar en lugar de gelatina y así gelatinizará de forma más rápida y además será una opción vegetariana. 
  • También puedes preparar tus propios turrones y así elegir tú los ingredientes y las cantidades de los mismos, así puedes asegurarte de que las grasas que utilices sean de mejor calidad (sin grasas trans o hidrogenadas y evitando aceites refinados) y podrás hacerlos con menos azúcar de la que contienen los comprados. Puedes usar frutas deshidratadas (asegúrate de que no tienen azúcar ni aceite añadido), frutos secos naturales (crudos o tostados) u otras semillas. 
  • Incluso puedes elaborar tú mismo las frutas deshidratadas a tu gusto sin necesidad de añadir ningún ingrediente extra que te servirán para dar un toque diferente de sabor y decorar tus comidas. 


La mayoría de estas opciones, aunque todas son saludables, tienen una densidad energética alta pero por su contenido en fibra son saciantes así que es más fácil que comas menos de lo que comerías de un dulce convencional de los que podemos encontrar en cualquier supermercado. De todas formas tienes que saber que cualquiera de estos postres, por muy saludables que sean sus ingredientes, sobrepasan con creces en energía a cualquier fruta o yogur que puedas comer de postre habitualmente. Lo mejor es que sean tu postre o merienda y que evites el picoteo constante durante la sobremesa, por ejemplo, ya que así perderás la noción de lo que has comido y probablemente infravalorarás tu ingesta y/o acabes teniendo un empacho.









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