AUTORA María Fernández Pérez
Psicóloga especialista en Trastornos del Comportamiento Alimentario y Obesidad.
¿Te resulta difícil seguir una dieta? ¿Empiezas con ilusión
pero tus ganas de continuar disminuyen conforme avanza la semana? ¿Quieres
cambiar tus hábitos pero no sabes cómo hacerlo? Si has contestado afirmativamente
a alguna de estas cuestiones, esta serie de artículos puede ayudarte a
conseguir tus objetivos.
Generalmente,
cuando una persona no es capaz de seguir determinadas pautas dietéticas, se
debe a uno o varios de los siguientes motivos:
·
Falta de motivación
·
Objetivos inadecuados
·
Escaso repertorio de habilidades
·
Dieta desequilibrada
En este
artículo nos centraremos en el aspecto motivacional como una de las claves que
interfieren en el éxito para iniciar y mantener unos hábitos saludables.
LA IMPORTANCIA DE LA MOTIVACIÓN.
Muchas
personas fracasan en el seguimiento de su dieta debido a que deciden iniciarla
sin estar lo suficientemente motivadas. La motivación puede definirse como el estado de disponibilidad o deseo de cambiar.
Según el modelo Transteórico de
Prochaska y DiClemente, las personas atravesamos 6 etapas durante un
proceso de cambio, cada una de las cuales se corresponden con un determinado
nivel de motivación.
1. Precontemplación. La persona
no es consciente de que tiene un problema. “Estoy bien, no
tengo nada que cambiar”
2. Contemplación. Es consciente
de que tiene un problema pero se siente ambivalente: quiere y no quiere
cambiar. “Quizá mis hábitos alimenticios no son los
más adecuados, pero disfruto tanto con la comida rápida…”
3. Determinación. La persona
decide introducir un cambio para solucionar su problema. “Quiero
sentirme mejor conmigo mismo y mejorar mi salud. ¡Estoy decidido! Quiero
iniciar un nuevo plan de alimentación”
4. Acción. Se llevan a cabo
acciones específicas. Horarios regulares,
alimentación saludable, etc.
5. Mantenimiento. Se mantiene
el cambio realizado.
6. Recaída. La persona abandona
el cambio y regresa a etapas anteriores. Vuelta a la
comida rápida y a los horarios irregulares. “Seguir la dieta era muy duro”.
Por lo tanto, antes de iniciar cualquier tipo de cambio, es
decir, antes de pasar a la etapa de acción, es necesario resolver previamente
la ambivalencia que aparece en la etapa contemplativa.
Si decides iniciar un plan nutricional sin estar plenamente
convencido de por qué quieres hacerlo, es muy probable que tarde o temprano lo
acabes abandonando.
ESTRATEGIAS PARA FOMENTAR LA MOTIVACIÓN.
Las
siguientes estrategias, te ayudarán a clarificar tus prioridades para que
superes la ambivalencia con respecto al seguimiento de tu dieta, y así avanzar
correctamente hacia la etapa de acción.
1.
Realizar un balance decisional, algo similar a lo que comúnmente se
conoce como “lista de pros y contras”:
ü
Anota en una columna las
consecuencias positivas de iniciar tu nueva dieta.
ü
Añade a cada consecuencia un valor
comprendido entre 1 y 3 dependiendo de la importancia que tenga para ti, donde
1 sea el valor mínimo y 3 el máximo.
ü
Por último, suma los valores de
cada columna. Si los beneficios superan los costos, surgirá la motivación para
iniciar la dieta.
Puedes
utilizar el mismo procedimiento para realizar el balance de las consecuencias
positivas y negativas de continuar con los hábitos que has mantenido hasta
ahora. En este caso, la motivación para el cambio surgirá si los costos superan
los beneficios.
La
realización de este ejercicio te ayudará a clarificar los motivos por los que
consideras que es importante seguir un nuevo plan nutricional, así como los
efectos negativos de continuar con tus hábitos actuales.
2 Fomentar la percepción de autoeficacia. La autoeficacia hace
referencia a la creencia que tienes sobre ti mismo de ser capaz de conseguir
algo, influyendo considerablemente sobre el grado de motivación. Para fomentar
esta creencia, debes tener en cuenta lo siguiente:
ü
El único responsable en tu proceso de cambio eres tú.
ü
No pretendas lograr un resultado diferente haciendo siempre lo mismo.
Si los métodos anteriores no te dieron el resultado esperado, ¡cambia de
estrategia! Aprender nuevas habilidades que te ayuden a conseguir tus
objetivos.
ü
Visualiza otros logros que hayas conseguido hasta el momento y de
los que te sientas orgulloso/a. Piensa en cómo lo hiciste, lo difícil que
parecía al principio y qué estrategias utilizaste que también puedan ayudarte a
conseguir este nuevo objetivo.
Estas premisas pueden ayudarte
a sustituir un discurso interno negativo, del tipo “no puedo” o “nunca lo conseguiré”, por otro más positivo que
facilite el seguimiento de tu dieta:
“quiero, puedo y lo haré”.
3.
Elaborar un listado de
beneficios. Anota en una hoja los beneficios que obtendrás de seguir tu
nuevo plan nutricional y colócala en un lugar estratégico para que puedas
revisar a diario los motivos por los que has decidido realizar este cambio. Sé
creativo e imagina de qué forma crees que puedes sacarle más partido de acuerdo
a tus necesidades: pegada en la nevera, en el espejo del baño, la mesilla de
noche, etc.
Recordar cada día los motivos
por los que has decidido iniciar un cambio en tu vida, aumentará las
probabilidades de llevarlo a cabo.
REFERENCIAS
Beck, J. S. (2009). El
método Beck para adelgazar. Barcelona: gedisa.
Miller, W., &
Rollnick, S. (2008). La entrevista motivacional. Preparar para el cambio de
las conductas adictivas. Barcelona: Paidós.