martes, 19 de junio de 2018

¿Son saludables los productos sin aceite de palma?

Desde hace por lo menos un par de años se habla mucho y mal del aceite de palma. El mensaje que ha ido calando es que el aceite de palma es malo aunque muchas veces no se supiera muy bien el por qué... En este post intentaré explicarlo un poco a grandes rasgos. 



Este aceite se comenzó a usar como sustituto de las grasas trans, que son un tipo de grasas a las que se les modifica su estructura química para mejorar su textura lo cual resulta interesante para usarlo sobre todo en productos de repostería industrial. De las grasas trans se puede decir sin lugar a dudas que no son saludables, especialmente porque se ha visto que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. Este es el motivo del interés en sustituirlas por otro tipo de grasas y el elegido fue el aceite de palma porque tiene algunas características que lo hacen muy interesante para conseguir texturas deseables para algunas preparaciones y además es más barato que otras grasas. 

En cuanto a la composición química del aceite de palma, se trata de un aceite muy rico en grasas saturadas, esas que han tenido muy mala fama también durante muchas décadas. La realidad es que no todas las grasas saturadas son insanas, parece ser que la clave está en su composición de ácidos grasos, los ácidos grasos son como los ladrillos que forman la grasa. 



Según lo que se ha investigado en estos últimos años, parece que solo algunos tipos de ácidos grasos saturados aumentan el colesterol LDL o “colesterol malo” y el aceite de palma los tiene. En realidad el aceite de palma crudo, es muy rico en carotenoides y también tiene otros compuestos interesantes como la vitamina E y parece que no tiene efectos nocivos en la salud ya que estos compuestos actúan como protectores, pero este no es el aceite que usa la industria, el que se usa está refinado y no tiene estas propiedades. Esto último ocurre también con otros aceites refinados, este es uno de los motivos por el que solemos recomendar evitarlos y por el que se defiende tanto el consumo del aceite de oliva virgen extra, que sí tiene propiedades cardiosaludables demostradas. 

Estas son algunas de las razones por las que siempre debemos fijarnos en el alimento en sí mismo y no tanto en ingredientes o nutrientes concretos.

Debido al miedo que se ha generado hacia el aceite de palma en los consumidores, muchas marcas de productos alimenticios han utilizado como reclamo para vender sus productos que están hechos sin aceite de palma. 



Como os podréis imaginar por lo anteriormente explicado con respecto a los aceites y grasas refinadas las alternativas usadas para sustituir al aceite de palma no son mejores. Aunque la verdad es que aunque así fuera los productos en los cuales se suele utilizar este tipo de grasas seguirían sin ser sanos. En productos como galletas, u otros tipos de bollería industrial, panes, snacks, masas, chocolatinas, etc, aunque llevaran aceite de oliva virgen extra o mantequilla, puede que fueran menos malos pero no se puede decir que serían saludables o recomendables para un consumo frecuente. Este tipo de productos son ultraprocesados además de tener (o no) aceites de mala calidad, suelen tener también harinas refinadas, azúcar u otros edulcorantes, altas cantidades de sal entre otros ingredientes cuyo consumo debería ser mínimo o nulo. 

Como conclusión se puede decir, que de estos productos cuanto menos mejor, tengan o no aceite de palma. Así que hay que intentar no dejarse llevar por el marketing que se utiliza en los productos, hoy veremos etiquetas que pongan “sin aceite de palma” y probablemente más pronto que tarde veremos otras que pongan “sin aceites refinados” por ejemplo, pero lo más probable es que siga sin ser un producto recomendable de todas formas. 



Creo que esto también ayuda a entender mejor la importancia de basar nuestra alimentación en materias primas de calidad poco procesadas, en productos frescos, de esta forma nos ahorraremos el volvernos locos leyendo muchas etiquetas cada vez que vamos a comprar porque los alimentos con etiqueta que compraremos habitualmente serán mínimos y tendrán listas de ingredientes muy cortas.





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Soy Leticia Álvarez Musetti, 
dietista-nutricionista y máster en Nutrición Clínica.
Puedes encontrarme en ALEA Consulta dietética.