martes, 13 de febrero de 2018

Cómo incorporar las semillas de lino o de chía a nuestra alimentación

Si has oído hablar de las propiedades de las semillas de chía y de lino y te preguntas si realmente son tan buenas como dicen y si es así, cuál es la mejor manera de consumirlas: espero que este artículo resuelva todas tus dudas :)

Las semillas, tanto las de chía como las de lino (o linaza) tienen un alto contenido en ácidos grasos esenciales y también contienen fibra, antioxidantes y proteínas. Esto las convierte en un alimento muy interesante para enriquecer en nutrientes nuestras recetas. 
Además resultan muy útiles en dietas vegetarianas o en las que se consumen pocos productos de origen animal, no solo por su contenido en omega 3, sino también por sus propiedades organolépticas. Pueden servir para preparar puddings, mermeladas caseras y también para sustituir al huevo en algunas recetas. ¡Ojo! Con esto no quiere decir que pueda sustituir al huevo desde el punto de vista nutricional, sino que hidratando estas semillas se puede llegar a conseguir una textura que sirva para preparar recetas como merengues veganos por ejemplo. 



Para aprovechar los nutrientes que contienen estas semillas y que no salgan de nuestro cuerpo igual que han entrado, es importante saber cómo consumirlas
Una de las maneras es moliéndolas y si no hidratándolas. En el primer caso puedes o comprarlas ya molidas, las de lino muchas veces pueden encontrarse así en supermercados y tiendas de alimentación, o molerlas tú, con la ayuda de un mortero o un molinillo. Si las vas a consumir muy a menudo y no tienes un molinillo puede que te convenga invertir en uno, ya que con el boom de los “superalimentos”, las semillas de lino se venden a precio de oro y las que se compran sin moler son mucho más baratas. 

Si prefieres consumirlas hidratadas, basta con añadirles agua y dejarlas reposar unos 20 minutos, se formará una especie de gelatina debido a los mucílagos, un tipo de fibra que contienen que tienen una gran capacidad para formar geles. 

En cuanto a su conservación, se conservan mejor enteras y conviene guardarlas en un lugar fresco, seco, molidas también se pueden conservar bien con estas mismas condiciones pero para que no se enrancien hay que protegerlas de la luz solar. 

Eso sí, aunque son un alimento muy interesante por su contenido en nutrientes, si quieres comenzar a tomarlas, hazlo en cantidades pequeñas, ya que por tu alto contenido en fibra a algunas personas pueden provocarles molestias intestinales. 

También, dado que son un alimento con una alta densidad energética y aunque se suelan consumir en cantidades pequeñas, si estás siguiendo una dieta para perder peso, pregunta a tu nutricionista en qué cantidades y frecuencia podrías consumirlas. 
Aunque una aproximación es la siguiente: podrías tomar tu ración habitual de cereales, pero poniéndote 10 g menos y en su lugar, 10 g de semillas :) 


Por último y puestos a elegir entre una u otra, aunque nutricionalmente sean similares, yo me quedo con las de lino que son más sostenibles que las de chía ya que estas últimas son originarias de américa y vienen de más lejos, en cambio las de lino se pueden encontrar fácilmente de agricultura UE.






Soy Leticia Álvarez Musetti, 
dietista-nutricionista y máster en Nutrición Clínica.
Puedes encontrarme en ALEA Consulta dietética y aleaDIETS.com 




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