Hemos de ser conscientes de las consecuencias que
conlleva no desayunar adecuadamente. Tengamos en cuenta que el desayuno es la
primera comida del día.
Su nombre lo indica: des-ayuno, es decir, gracias a
él dejamos de estar en ayunas. Hemos pasado 6-8 horas durmiendo, sin comer nada
y ahora nos toca darle nutrientes y energía a nuestro organismo. Y esta
necesidad es aún mayor si la cena fue ligera, algo muy habitual.
Desayunar no es solamente tomar un café con leche o
algo similar; es necesaria una mayor densidad de nutrientes.
Está comprobado que, sin el desayuno, la
alimentación del resto del día difícilmente puede ser correcta.
La omisión del desayuno o la realización de desayunos
nutricionalmente incorrectos se ha asociado con un menor rendimiento físico e
intelectual y con una menor ingesta de algunos nutrientes, contribuyendo a
aumentar los desajustes o desequilibrios en la dieta.
Además, un niño que se alimenta incorrectamente será
con toda seguridad un adulto con malos hábitos alimentarios, aunque este mal
hábito es frecuente tanto en niños como en adultos.
Desayunar bien es la primera piedra para tener una
correcta distribución de las calorías a lo largo del día y para mantener el
peso, pues evitaremos llegar a la comida con un apetito desmesurado.
En la infancia y en la adolescencia -etapas de
máximo crecimiento-, el desayuno juega un papel decisivo en el óptimo
desarrollo. Para muchas personas, el consumo de lácteos -principal fuente de
calcio- está asociado con el desayuno, de manera que si éste no se realiza, la
falta de calcio podría dar lugar a deficiencias que repercutirían en la salud
(alteraciones del crecimiento, osteoporosis, etc.).
Los resultados prácticos de no desayunar son muy
negativos:
- No se rinde en la escuela.
- Se cometen errores en el trabajo.
- No se disfruta de la actividad de ocio
prevista.
¿Por
qué no desayunamos?
- Falta de tiempo.
- No apetece comer porque
se está adormilado.
- No se concede importancia al desayuno: "ya
comeré luego".
Hay que resolver estos problemas:
- Organizar la primera hora de la mañana,
calculando el tiempo necesario para la higiene, el arreglo personal y el
desayuno. Hay que levantarse antes, y esta disciplina, aunque nos cueste
al principio, nos ayudará a empezar el día con mejor ánimo.
- Dedicar de 15 a 20 minutos puede ser
suficiente.
- Preparar la noche anterior los elementos
necesarios para tomar el desayuno: tostadora, exprimidor de zumos, tazas,
platos.
- Procurar que toda la familia colabore en la
preparación de esta comida del día y opine sobre los alimentos que le
gustaría introducir, dentro del esquema propuesto.
- Lo más importante: planificar un desayuno que
estimule nuestro apetito.
- Si es posible, desayunar en familia. En caso
contrario, facilitar las cosas para que nadie se vaya sin desayunar.
Un desayuno ha de incluir al menos una cosa de cada
grupo:
- Fruta o zumo.
- Un lácteo: yogur, queso, leche sola o con
cacao, café, te o infusiones.
- Pan, cereales de desayuno, galletas, tostadas.
- Mermelada, miel.
Errores sobre el desayuno:
- "Si no desayuno adelgazaré": consumir
un desayuno completo ayuda al control de peso, se picotea menos durante la
mañana y se distribuyen mejor las comidas del resto del día.
- "No hay que preocuparse si no se toma nada
a primera hora de la mañana porque luego se compensa a lo largo del
día": después de las horas de ayuno nocturno, el organismo necesita
alimentarse. Una cuarta parte de las calorías diarias deberán tomarse en
la hora del desayuno.
ARTÍCULO
ESCRITO por: ALEA Consulta diétetica
FUENTES
BIBLIOGRÁFICAS:
Dietoterapia,
Krause. 12ª edición 2009
Nutrición
aplicada y Dietoterapia, Mercedes Muñoz y otros. 2ª edición
2004
Nutriguía, Ana M.
Requejo y otros. Edición año 2000