Por Sandra Fernández García
Diplomada en nutrición y dietética especializada en trastornos alimentarios
En mi
artículo anterior os hablé sobre los trastornos alimentarios más conocidos como
la anorexia nerviosa y bulimia nerviosa.
Pero,
también comenté brevemente otro tipo de trastorno alimentario, el comedor compulsivo. En este artículo
voy a explicaros mejor, este tipo de trastorno, menos conocidos, probablemente
porque sus consecuencias físicas no son tan trágicas como las de la anorexia o
bulimia, pero con este trastorno que os explicaré, hay que tener cuidado, ya
que puede ocasionar sobrepeso u obesidad con todas las consecuencias que
tienen los afectados y de los cambios de peso rápidos y repetidos, como el
riesgo de diabetes o de problemas cardiovasculares.
El trastorno del comedor compulsivo
también se conoce como trastorno por
atracón. Se parece a la bulimia ya que los afectados se dan atracones que
pueden llegar a miles de calorías pero a diferencia de esta no hay conductas
compensatorias como vómitos, ingesta de laxantes o deporte en exceso.
Las
causas, al igual que en otros TCAs, son desconocidas, aunque están relacionadas
con problemas por experiencias infantiles adversas, comentarios despectivos
sobre el peso, obesidad infantil y familiar, estos problemas psicológicos,
deben ser tratados para superar este trastorno. Generalmente los afectados
tienen la tendencia a refugiarse en la comida mucho antes de empezar a darse
atracones regularmente. Situaciones de estrés agudo o de inseguridad afectiva
pueden precipitar el inicio de una fase aguda de hasta varios atracones al día
durante meses o años.
En la
mayoría de los casos el comedor compulsivo oculta su problema. Las razones son
varias:
- El
comer demasiado añade sentimiento de culpa al problema en sí. En ocasiones el
ansia de comer es tal que se llega a gastar todo el sueldo en comida o a robar,
también para esconder el trastorno a los vendedores, por ejemplo.
- Esta
enfermedad es muy desconocida, con lo que, o bien el mismo afectado no sabe que
está enfermo, piensa que es débil, se culpa y avergüenza, o bien teme que no le
comprendan.
- En la
mayoría de los casos el afectado no puede identificar el problema que le lleva
a los atracones y se siente incapaz de expresar su malestar con palabras.
El
síntoma principal consiste en episodios recurrentes de atracones que se
caracterizan por las dos condiciones siguientes:
-
Ingerir, en un corto período de tiempo, una cantidad de comida definitivamente
superior a la que la mayoría de las personas podría consumir en el mismo tiempo
y bajo circunstancias similares.
- Sensación
de pérdida del control sobre la ingesta durante el episodio (p.ej. sensación de
que no se puede parar de comer o no puede controlar qué o cuánto está
comiendo).
Los
episodios de atracón se asocian a tres o más de los siguientes síntomas:
- Ingerir
la comida mucho más rápido de lo normal.
- Comer
hasta sentirse desagradablemente lleno.
-
Consumir grandes cantidades de comida a pesar de no tener hambre.
- Comer
a solas para esconder su voracidad.
- Sentirse
a disgusto con uno mismo o deprimido o sentirse culpable después del atracón.
- Profundo
malestar al recordar el atracón.
Los
atracones tienen lugar al menos dos días a la semana durante seis meses.
El
atracón no se asocia a estrategias compensatorias inadecuadas (p.ej. purgas,
ayuno, ejercicio físico excesivo) y no aparece exclusivamente en el transcurso
de una anorexia o una bulimia.
Aun así
personas que sufren atracones con menos regularidad, o que consiguen
controlarse pero sienten la compulsión también deberían plantearse buscar ayuda
profesional.
El
trastorno por atracón se puede superar. Si las circunstancias que han llevado a
la fase aguda de atracones cambian pueden controlarse los atracones hasta su
desaparición. La curación total pasa por analizar las causas, muchas veces con
su raíz en la infancia, y por aprender mecanismos para afrontar los problemas
de manera menos dañina para el cuerpo.
Si te
sientes identificado con los síntomas que he nombrado pero además tienes otros,
por ejemplo, si te provocas el vómito después de cada atracón, o si practicas
deporte de manera compulsiva para perder las calorías, quizá debas echar un
vistazo a mi artículo anterior, en el que hablo sobre bulimia nerviosa.
Sandra Fernández García
Diplomada en nutrición y dietética
especializada en trastornos alimentarios
Referencias bibliográficas
- García-García, E., Kaufer-Horwitz, M., Pardío, J., Arroyo, P. La obesidad: perspectivas para su comprensión y
tratamiento Editorial médica Panamericana; 2010