Este tema me gusta muchísimo. Tanto que cuando estuvimos en la televisión la última vez hablé de ello el ratito que me dejaron.
Muchas personas se pierden a la hora de planificar sus comidas y cenas. Acaban comiendo o cenando siempre lo mismo y nos cuentan que se aburren muchísimo. O peor, tiran de comida rápida o precocinada.
Una forma estupenda de equilibrar nuestra alimentación es seguir los tres consejos que ahora explicaremos.
PRIMERO:
Elige un plato grande y otro más pequeño. El grande servirá para tus comidas y el pequeño para tus cenas.
- La comida debe aportar como el 35% de la energía total diario.
- Y la cena aproximadamente el 25%. Como ves, lo ideal es que la cena sea menor que la comida, por eso te quedarás con el plato pequeño para las noches.
SEGUNDO:
Tanto en un plato como el otro planifica siempre lo siguiente:
- La mitad del plato debe estar ocupada por verduras y hortalizas.
- Un cuarto del plato tendrá alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (en la comida: pasta, arroz, legumbres o patata. Y en la cena pan o patata serían buenas ideas.)
- Y el otro cuarto del plato será para alimentos ricos en proteínas (carnes, pescados, huevos, alimentos como seitán, tofu o soja texturizada y frutos secos).
TERCERO:
Planifica tus comidas y cenas. Toma un papel (o nuestro planificador) y escribe en él lo que comerás y cenarás en esa semana.
Ten cuidado de variar los alimentos para estar bien alimentada y no aburrirte, una buena manera de hacerlo sería así:
- 2/3 veces por semana legumbres.
- 2/3 veces por semana pasta.
- 2/3 veces por semana arroz.
- Todos los días, dos veces, verduras.
- Todos los días, dos veces, ALTERNA carnes magras, pescados azules, pescados blancos, huevos, alimentos como soja texturizada, seitán o tofu y frutos secos.
Algunas ideas de platos equilibrados serían...
De esa forma tan sencilla equilibrarás tu alimentación porque no te dejarás nada importante por anotar, por cocinar ni por degustar :)
En el próximo artículo de #CULTURAnutricional hablaremos sobre algo fundamental:
¿Conoces tus raciones ideales?