Hace años probamos una receta muy parecida a esta en un restaurante de Salamanca. Y justo hace unas noches no sabía qué preparar para cenar. Plantada frente a la nevera abierta de par en par, lo vi: tenía unas cuñas de queso Roquefort, un poquito de nata para cocinar y un par de berenjenas hermosas (aunque variando la verdura, podríais preparar esta receta igualmente). Este fue el resultado:
Ingredientes para la cena:
Ingredientes | Plan 1 | Plan 2 | Plan 3 | Plan 4 |
Berenjenas | 280 g | 360 g | 380 g | 430 g |
Queso Roquefort | 30 g | 40 g | 50 g | 60 g |
Nata ligera | 80 ml | 100 ml | 120 ml | 140 ml |
Pan para acompañar | 15 g | 20 g | 25 g | 30 g |
Pimienta negra y un poquito de sal, al gusto.
Elaboración:
- Precalienta el horno (o la plancha) a 200º C.
- Pon en un cuenco el queso Roquefort y con un tenedor, deshazlo. Cuando esté como una pasta, añade la nata, una pizca de pimienta negra y mezcla con suavidad hasta obtener una salsa homogénea.
- Por otro lado, pela las berenjenas y pártelas longitudinalmente en láminas de medio centímetro (o un poquito más) de grosor.
- Colócalas sobre la bandeja de horno (mejor con un trocito de papel vegetal) (o bien, sobre la plancha). Con una brocha (o con una cucharada sopera) reparte la salsa de queso y nata que hiciste. Primero pinta una cara, y después voltéalas para impregnar también la otra cara. Reserva un poquito de salsa.
- Mételas en el horno durante unos 10-12 minutos y justo antes de servirlas, añade por encima la salsa que reservaste.
* Como comentaba al inicio, podéis preparar esta receta con cualquier otra verdura: calabacín, brócoli, coliflor, repollo... cada una le dará un toque distinto y ¡súper rico!
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