jueves, 22 de noviembre de 2012

¿Te apetecen unas castañas asadas?



A partir de Noviembre es típico encontrarnos puestos de castañas asadas por la calle y con los días de frío que estamos teniendo, apetecen ¿verdad?



Hoy queremos indicarte la cantidad adecuada de castañas para una merienda, y además te daremos la valoración nutricional de este fruto tan rico.


5 castañas (unos 50 g) equivalen a 100 calorías, o sea, las mismas que una pieza de fruta estándar (una manzana o una naranja por ejemplo).


Como suelen vender 10 castañas por un euro, podrías tomar para merendar, medio paquetito de castañas en lugar de la pieza de fruta de la merienda. El otro medio puedes compartirlo con alguien o bien dejarlo como postre en la cena :)



VALORACIÓN NUTRICIONAL 
(Fuente: Fundación Española de Nutrición)

A pesar de ser un fruto seco, la composición de las castañas se asemeja más a la de los cereales.
Las castañas son ricas en hidratos de carbono complejos, estos ocupan casi la mitad de su composición.

Los hidratos de carbono complejos son absorbidos por nuestro organismo lentamente, de manera que mantienen los niveles de azúcares equilibrados y, disminuyen la sensación de hambre durante más tiempo.

Además, la cantidad de grasa también es bastante similar a la de los cereales y por lo tanto notablemente inferior a la que contienen el resto de los frutos secos. Gracias a estas propiedades y a que su contenido en agua es cercano al 50%, la castaña es uno de los frutos secos de menor contenido calórico, aún con eso, 100 g de castañas (unas 10 unidades) aportan casi 200 calorías!!


En cuanto a los minerales, las castañas destacan en fósforo y, con menor cantidad, en potasio y magnesio. Los contenidos en vitaminas no son muy significativos, siendo más altos para las vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6) y algo más bajos para la vitamina E.

No debemos olvidar que las castañas crudas son ricas en taninos. Por lo que comerlas en este estado puede producir molestias intestinales. En este sentido, se recomienda que las castañas —una vez recogidas— sean almacenadas durante siete o diez días, para que en este periodo disminuyan los contenidos en taninos y el almidón se transforme en azúcares más asimilables. En cualquier caso, al comer castañas crudas se recomienda eliminar la piel marrón que hay inmediatamente después de la corteza.

Por otro lado, la cocción o asado de las castañas favorece la transformación de los hidratos de carbono, convirtiéndolas en un alimento más digerible.