Hoy queríamos hablaros de la merienda, una de las tomas que más suelen olvidarse, pero de las más importantes!
La toma de media tarde nos ayudará a llegar a la c
ena sin hambre, o al menos con un hambre controlable.
Cuando una persona no merienda, genera una ansiedad y un apetito que le llevarán a tomar muchas más calorías de las que necesita en la cena.
Hay que tener en la cabeza, que tras la cena, la mayoría de personas nos vamos a descansar, y por lo tanto, será el periodo del día en que menos energía gastaremos.
La cena ha de ser más ligera que la comida, pero igual de equilibrada!! No vale tomar un bol de cereales o varias piezas de fruta. Lo adecuado para nuestra salud y para nuestro peso, es hacer una cena sana y equilibrada.
La cena es como una mini-comida.
Pero para hacerla correctamente, es necesario que antes hayamos tomado la merienda, que es como un mini-desayuno.
Una merienda equilibrada podría tener alguno o varios de estos alimentos:
- Fruta (en piezas o zumos)
- Lácteo (el leche, yogures o quesos, siempre bajos en grasa)
- Cereales (galletas, pan, barritas de cereales…)
También os recordamos que algún día puede surgir la oportunidad de comer algo distinto “y más rico”. Seguro que os habéis dado cuenta de los alimentos tan dulces que aparecen en la foto de este post ;)
Pues bien, con sentido común, podemos permitirnos de vez en cuando tomar algo más especial. Lo importante es que no suceda todos los días, y que después hagamos una cena equilibrada y acorde a nuestras necesidades y objetivo nutricional.
Una pieza de bollería pequeña (o dos para los chicos) junto a un té (con sacarina o similar) será una forma de disfrutar de una merienda especial sin pasarnos la dieta :) Esperamos que os guste!! Y si tenéis dudas, no dejéis de preguntarnos.